¿Cómo puedo hablar de mí mismo sin presumir? Esta es una pregunta que me hacen con frecuencia, especialmente en entrevistas o en citas, o en situaciones en las que quiero presentarme y mostrar lo mejor de mí, pero sin parecer arrogante o presumido. Aquí te explico cómo hablar de ti mismo sin alardear.
Haz una lista de tus mejores cualidades
Para empezar, haz una lista rápida de las cualidades de las que estés más orgulloso y que quieras destacar. Por ejemplo, en una entrevista, puedes mencionar que eres organizado, detallista y pensador estratégico. Pero en lugar de simplemente decir «soy muy organizado y detallista», comparte una historia que ejemplifique esa cualidad. Por ejemplo, puedes hablar sobre un proyecto en el que gestionaste diferentes fases con éxito gracias a tu atención al detalle.
Comparte historias que demuestren tus cualidades
Al compartir historias que demuestren tus cualidades, estás siendo más creíble y permites que los demás te visualicen en situaciones de éxito. Es mucho más fácil para alguien contratarte, salir contigo o querer trabajar contigo si pueden imaginarte trabajando en una gran situación y logrando grandes cosas.
Practica tus historias en voz alta
Es normal sentir vergüenza al hablar sobre nosotros mismos, por lo que te recomendaría practicar tus historias en voz alta. Piensa que estamos tomando un café y tienes que contarme tus historias. Así podrás pulir los detalles y asegurarte de que suenen naturales y fluidas al expresarlas.
Utiliza la estructura de una historia
Un buen formato para tus historias incluye una introducción al problema, cómo trabajaste duro para solucionarlo y cuál fue el resultado. Esta estructura atrae la atención y hace que la historia sea más interesante. En mis experiencias con entrevistas, he notado que cuando contamos historias con problemas, esfuerzo y soluciones, los entrevistadores se sienten más atraídos y conectan mejor con nosotros.
Incluye testimonios o citas de terceros
Otra forma de hablar de ti mismo sin alardear es mencionar testimonios o citas de personas que te conocen bien. Por ejemplo, puedes decir que tu antiguo jefe siempre te elogiaba por tu atención al detalle. Esto demuestra que otras personas han reconocido tus cualidades, lo cual es más creíble y menos autosuficiente.